mi carta al silencio.

Querido: Silencio.

El único amigo que tengo, sabes tuve una visión, de miles de niños riendo, no sé si fue una visión o un sueño pero lo sentí real, etéreo, más real que la materia, más fuerte que un sentimiento.

Tal vez pasen años antes que eso suceda, días o meses, pero yo no estaré allí para saberlo, me encomendé penar, caminar por el  mundo si saber de tiempo, dejar que mis cabellos se aclaren y no pensar en aquel que me robo más de un beso.

En la fuerza del primer amor, de ese que no me correspondió, me Sumi en ti y conseguí surgir de nuevo, más seria, silenciosa y sabia como tú, sensata.

Mi madre aquella que me quiere, nunca lo demostró, siempre silenciosa, tranquila y fuerte. Pero olvido que amar no es nada si no se demuestra, que la vida es más que un auto y que todo el dinero del mundo, espero comprenda eso.

Mi padre el que conocí de pequeña y desconozco ahora, sé que no me quieres padre, y yo a ti tampoco, estamos a mano.

A mis amigos, que siempre fueron pocos.

A mi hermano con el que he compartido 15 años y de los que no me arrepiento, dejando atrás todo lo malo que me a hecho aun lo quiero.

A todos ellos, pocos, pero sinceros, de esos que te dicen la verdad por más dolorosa que sea, a ellos mi infinito respeto, por los que me hicieron sufrir, no importa gracias a ellos estoy aquí, por los que me hicieron reír, gracias a ustedes sobreviví.

Eh aprendido que si gritas la gente te oirá y te juzgara, si callas morías en el silencio, pero tu mi amigo eres mejor que mas de gente hablando, eres real y sincero.

Volviendo a ti amigo, debía hablarles, dejarles claro mis sentimientos que sepan que los quise los quiero y algunos no los odio, incluso aquellos que me negaron y me abandonaron.

Me entregue a ti por despecho, me encontraba vagando y al escucharte me conocí a mí, sé que no puedo esperar más de alguien, pero de ti amigo, siempre espero reflexión, soledad y un poco de sufrimiento, que se le hace no todo en la vida en bello.

Pero esa visión, me volvió fuerte, más fuerte que una vara de hierro y sé que la felicidad no es solo reír, pero es lo más cercano que tengo.

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Es algo viejo, pero queria recordarlo de nuevo cuando por mis venas corria sangre marcada, ahora es libre y es pura, no es tan malo recordar.